En curso de colisión

En curso de colisión salté el coche que venía hacia mí. Pisé el capó y, sin nada que me amortiguara el golpe, caí en el asfalto, pero de pie. ¿Un sueño? No me desperté, sucedió realmente. Dolor en el tobillo. Mucha adrenalina. Pegado a la pantalla, el conductor se sorprendió y se asustó. Una anciana en la acera empezó a gritarle al conductor. Apunté la matrícula en el móvil y me piré, porque tenía prisa.

Desde 2034 la democracia es más bien una idiocracia con características oligárquicas. Las personas no prestan atención a nada, pues los ordenadores conectados a sus cerebros hacen casi todo por ellas (muchas veces se equivocan, pero es más molesto pensar). Nadie sabe cómo funcionan realmente esos ordenadores. Fueron creados por la empresa más poderosa del mundo, que también programó Gran IA, la inteligencia artificial general incluida en esos ordenadores.

Hace algunos años, el progreso parecía evidente, pero surgió un problema: Gran IA aprendía del contenido de Internet y de los procesos cerebrales de los usuarios. Sin embargo, estos eran cada vez más imbéciles, publicaban contenido basura o —cuando pensaban— actuaban de forma automática. Gran IA aprendió de la basura cerebral generada por su holgazanería y, de esta forma, se volvió más estúpida. La empresa sigue sin ética y no tiene intención de corregir el algoritmo, pues eso no le genera ingresos. Es más fácil vaciarles los bolsillos a lelos consumistas.

Pero algunas personas —como yo— se desconectaron de Gran IA. Las zonas rurales se quedaron aún más deshabitadas debido a la falta de empleo y al cambio climático, pero hubo gente que se adaptó y se instaló en ellas lo mejor que pudieron. Actualmente tenemos dos grandes grupos: por un lado, están las personas desconectadas del mundo real —y conectadas a Gran IA— que suelen vivir en grandes ciudades; por otro lado, están los que se atreven a desafiar el estilo de vida impuesto por las máquinas.

«El tren sale en cuatro segundos, mierda». La puerta se estaba cerrando, pero conseguí entrar. Parece que eso no le gustó al revisor robot, pero no dijo nada. El viaje de vuelta al pueblo sería breve: 15 minutos.

Volví a casa; informé a las autoridades sobre el accidente, aunque no le pasaría nada al «conductor» (el coche lo conducía Gran AI, que tiene el favor del gobierno). Como mucho le pondrán una pequeña multa. Mi compañera me abrió la puerta, se alegró de verme. «No quiero ir más a la ciudad. Al cruzar una calle, un coche “inteligente” casi me atropella», dije. «No te preocupes», respondió ella, «estás seguro aquí. No vamos a tener otro encargo, por lo menos hasta el próximo mes. Cambiando de tema, hay un pequeño problema que no consigo solucionar: el sistema automático de riego del huerto ya no me funciona».

Vivir fuera del sistema es casi imposible (a no ser que seas rico). Hay muchos impuestos y es prácticamente imposible ser autosuficiente. Es por esta razón que, de vez en cuando, tenemos que hacer algún trabajillo en la ciudad.

Los habitantes de la ciudad tenían trabajos semiautomatizados gracias a Gran IA, que les ofrecía pequeños alojamientos que compartían con otros autómatas, comida basura y entretenimiento de todo tipo: sexo digital, psicodélicos, vídeos graciosos, etc. Las personas en realidad están cansadas, aburridas, desanimadas, estresadas, tristes, desmotivadas, irritadas, debilitadas... Pero hay empresas que ofrecen comprimidos que reequilibran el sistema de recompensa cerebral. Los niveles de dopamina de los ciudadanos están bajo control, algo esencial para mantener el orden social basado en algoritmos.

«Estamos mejorando el algoritmo. Todo va a salir bien», dice siempre Gran IA a quien osa cuestionar su poder. ¿Saldrá todo bien?

Millones de legiones a nuestra espalda

La invención del fuego, de la filosofía, de la electricidad, del ordenador, de GNU/Linux... Detrás de cada tecnología está el legado de millones de personas que contribuyeron para hacerlo posible. Las tecnologías actuales son el fruto del trabajo colectivo acumulado a lo largo de la historia.

Las contribuciones que hacemos al software libre, a la cultura libre, a la descentralización de la economía o a cualquier otro proyecto serán el legado que dejaremos a la próxima generación.

Un ejemplo de ese legado es el proyecto GNU, iniciado en 1983, que consiguió crear un sistema operativo completamente libre. Al principio, quienes soñaron esa idea fueron ridiculizados y marginados por la sociedad. Sin embargo, su empeño dio como fruto numerosos programas, comunidades, empresas y el marco legal para proteger las creaciones informáticas de la privatización y el inevitable olvido —lo que les sucede a los programas privativos que dejan de ser rentables—. Hoy en día, GNU/Linux (insignificante en sus orígenes) se usa en todos los superordenadores, tecnología aeroespacial, en la abrumadora mayoría de servidores, en millones y millones de ordenadores personales...

Este proyecto sigue creciendo y evolucionando, sigue adquiriendo más usuarios y más colaboradores. Tú y yo y las demás personas estamos dejando los cimientos de las generaciones futuras, nos sumaremos a las millones de legiones que hay a nuestra espalda para iluminar el futuro.

Gracias a todas las personas que contribuyeron a estos proyectos, puedo disfrutar de muchas comodidades inexistentes en el pasado. Hoy contribuyo a proyectos liberadores de todo tipo para dejar mi granito de arena. Muchas personas me dan las gracias. Yo les doy también las gracias, sois personas increíbles. Juntos escribiremos un futuro mejor.

¿Compras videojuegos? Yo tengo más de 6000 gratis

La industria de los videojuegos es multimillonaria. Sin embargo, existen miles y miles de juegos que pueden ser jugados de forma gratuita. No solo hablo de juegos libres, sino también de juegos antiguos de maquinas recreativas, de consolas, etc.

Si usas GNU/Linux, puedes instalar muchos videojuegos usando el gestor de paquetes de tu distribución. Otros juegos se distribuyen en formato Flatpak, Snap, AppImage o se deben compilar. Para encontrar juegos libres recomiendo LibreGameWiki.

Sin embargo, no solo tenemos juegos libres, sino miles de juegos antiguos de máquinas recreativas, que pueden ser jugados con Continúa leyendo ¿Compras videojuegos? Yo tengo más de 6000 gratis

La batalla de Usonansk

Este relato está basado en hechos reales. Los datos identificativos han sido distorsionados.

«Según las fuentes que tenemos, planean centrar sus fuerzas en esta región». Poco sabían los generales de que sus fuentes habían sido intencionadamente envenenadas con información falsa. Sucedió algo bien diferente.

Resulta que ciertos militares y personas con altos cargos investigaban sobre la región que iría ser atacada, dejando un rastro digital que permitía al enemigo confirmar que se habían tragado su información falsa. Habían encontrado puntos débiles en la cadena de mando y no dejarían de explotarlos. Algunas de estas personas eran testarudas y tenían una larga trayectoria profesional, por lo que no tenían ningún interés en dejar sus altos cargos, a pesar de sus sucesivos errores. Así pues, sufrieron ataques de ingeniería social.

El círculo social de personas clave fue altamente monitorizado para obtener todo tipo de información, identificar puntos débiles, etc. El peligro de una confrontación directa y el miedo a escalar el conflicto fueron algunas de las debilidades identificadas en el enemigo.

El día 14 de agosto recibieron un ataque sorpresa que recorrió el mundo. Su precipitada respuesta fue comentada, muy minuciosamente en despachos importantes. Estaban perdiendo credibilidad y poder a pasos agigantados. Nadie creía en la victoria. Sacaban su dinero de acciones y bancos, de esos lugares que creían tan seguros.

Estaban gravemente infectados por parásitos que vivían a su costa y se iban de la lengua, libraban luchas internas... El enorme gigante tenía pies de barro.

Cómo hacer llamadas de teléfono anónimas

Método 1: tomar prestado un móvil

Una forma sencilla de realizar una llamada anónima es tomar prestado un móvil a una persona de la calle. Si pides el favor de forma amable, le convences de que no llevas el móvil encima y de que es una emergencia, lo más probable es que no tengas problema. Si tienes problema, otra opción es ofrecer algo a cambio por el favor.

Debes saber que el sistema telefónico no proporciona privacidad. Por Internet puedes realizar llamadas cifradas y a través de redes privadas virtuales o Tor para una mayor privacidad.

Las llamadas pueden ser grabadas por las operadoras de telefonía y agencias de inteligencia, así que si necesitas un nivel alto de privacidad, puedes distorsionar la voz. Si temes que la persona que te ha dejado el teléfono le revele a alguien información relacionada con tu identidad (rasgos faciales, estatura, etc.), puedes protegerte cambiando tu apariencia, vestimenta habitual y estatura para la operación (usando lentillas de colores, zapatos de plataforma o tacones, afeitándote o dejándote barba, cambiando el peinado, etc.). En casos en los que necesites más privacidad aún, puedes encargarle a otra persona que realice la llamada en tu lugar.

Método 2: conseguir una tarjeta SIM de forma anónima

En muchos países es necesario proporcionar tu información personal para comprar una tarjeta SIM. Es posible evitar esta restricción comprándola en el mercado negro. Otro forma es convenciendo a una persona que no te conozca para que te compre una tarjeta a cambio de dinero.

Introduciendo la tarjeta en un móvil de teclas o que tenga un sistema operativo seguro, podrás hacer llamadas que no estén asociadas a tu identidad real. De nuevo, si necesitas una máxima privacidad, ten extrema precaución: no olvides distorsionar la voz, realizar la llamada desde un lugar que no suelas frecuentar, borrar la llamada del historial, etc. Continúa leyendo Cómo hacer llamadas de teléfono anónimas